El actor que dejó todo, incluida la fama, para volverse un líder espiritual

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Nada personal es una de las telenovelas más importantes de la televisión mexicana, uno de los productos estrellas de TV Azteca que no solo irrumpió en la programación nacional, hizo que artistas como Ana Colchero, Demián Bichir, Rogelio Guerra, alguna vez de Televisa, se atrevieran a encabezar la competencia en telenovelas.

Pero Nada personal también se convirtió en el escaparate perfecto para el nuevo talento, un aparentemente inexperto —trabajó por más de una década detrás de cámaras— pero muy atractivo José Ángel Llamas y su personaje ‘Luis Mario’ se convirtieron en la razón de que miles sintonizaran a la televisora del Ajusco.

Y aunque a TV Azteca le debe la proyección, José Ángel Llamas logró la internacionalización en 2002 cuando firmó un contrato con la cadena Telemundo para presentar el reality show Protagonistas de telenovela, y después convertirse en el titular de otros melodramas para esa televisora. Con ambas empresas logró sumar a su meteórica trayectoria El amor de mi vidaAmor descaradoLa ley del silencioVivir por tiMujer comprada.

Salvo la tormentosa relación que sostuvo con Gabriela Spanic a principios del nuevo siglo y luego su matrimonio con la actriz Mara Croatto, Llamas fue ajeno al escándalo pero ni esa aparente tranquilidad eran suficientes para ser feliz.

“La fama empezó a alterar mi humildad, mi sencillez y empezó a darme cierto poder y control que yo creía que tenía todo en la palma de mi mano y que si yo decía ‘quiero eso’ lo podía conseguir. Ese era el sueño de poder tener una esposa, una familia, una casa grande, un coche bonito y cuando tuve todo eso me di cuenta que no estaba contento. Estaba odiando lo que debía amar y estaba amando lo que tenía que odiar”, ha contado en algunos canales evangélicos.

Y es que antes de desaparecer de los foros y previo a las grabaciones de Prófugas del destino, su última telenovela, Llamas tuvo una revelación. “Había un amigo que trabajaba en la misma novela y él estaba en el equipo de las luces y llevaba una camiseta que decía ‘solo un hombre puede hacer la diferencia’, pero en la espalda decía ‘Jesús’. No sé qué pasó pero llamó mucho mi atención y me acerqué y le dije ‘¿qué hay con este Jesús?’; al día siguiente llegó con una biblia y me estuvo hablando de Jesucristo. Yo le llamé a Mara y le dije ‘Mara, ¿me acompañas a la iglesia?'”. La experiencia le permitió entender que en realidad no sentía ni plenitud ni paz.

 

Su renovada fe le hicieron adentrarse y llevar a su familia a la Calvary Chapel Fort Lauderdale, una iglesia ubicada al sur de la Florida conformada por hispanos, donde finalmente se sintió identificado y descubrir su verdadero anhelo, el de convertirse en un líder espiritual.

Desde hace poco más de una década, José Ángel Llamas ha servido en Fort Lauderdale en diferentes posiciones ministeriales y “Dios confirmó su llamado a pastorear y enseñar a la comunidad de habla hispana durante la pandemia, a lo que se ha dedicado estos últimos años”, de acuerdo con sus compañeros de fe.