Era un profesional de la palabra escrita y hablada, joven comunicador que brilló con luz propia en el mejor oficio del mundo
Mario Mora Legaspi | El Sol del Centro
No era una promesa del periodismo.
Era una auténtica realidad como profesional de la comunicación escrita y hablada.
Ayer dejo de existir un joven baluarte de la información en Aguascalientes, Enrique Hernández Morales, quien desde temprana edad se inclinó por el mejor oficio del mundo, para continuar con la tradición familiar.
Lo recuerdo hace algunos años cuando hacía sus pininos al lado del desaparecido periodista Fernando Lozano Galindo, quien en su andar enseñó a muchos y muchas. Siempre atento a lo que ocurría a su alrededor y con la mente despierta, dispuesto al aprendizaje.
Después lo vimos como reportero de Hidrocálido y también del diario Aguas, donde brilló con luz propia, pues no se conformaba con hacer las notas del día, también se introdujo a otro género del periodismo; el reportaje, con magníficos resultados.
Al brillar con luz propia logró se le confirieran cargos de mayor responsabilidad como estar al frente del tabloide Aguas. Paralelamente incursionó en la conducción de noticieros de radio, hasta convertirse en titular del espacio nocturno en La Mexicana y los sábados por la mañana en la primera emisión de Infolínea.
En lo personal siempre me gustó su estilo crítico y certero, pero sin estridencias, ameno y claro en su modo de presentar las noticias.
Tenía un gran porvenir en este complicado medio, mismo que se truncó por azares del destino con una enfermedad que finalmente lo condujo a su final terrenal de manera prematura. Dicen que cuando una persona anciana muere es que llegó a puerto seguro, pero cuando fallece un joven…es naufragio.
Nuestras condolencias a todos sus familiares y amistades.
¡Descanse en paz!