Por: Juan M. Dabdoub Giacoman
Reflexiones sobre Nuestros Liderazgos en la Lucha por la Vida
Si usted piensa que México es Pro Vida y que el mundo de los bebés mexicanos por nacer es color de rosa, le invito a reflexionar sobre lo siguiente.
Sí por lo ocurrido hace un mes en la Suprema Corte (SCJN),en el caso del aborto en Veracruz, a usted le dijeron que:
“Ganó la vida” …“México dice sí a la VIDA” … “La SCJN no pudo frenar la vida” … “Celebremos la derrota del aborto” … “Felicitemos a los Ministros …” etc.
Pues déjeme decirle que todo eso es incorrecto y las personas o instituciones que lo dijeron faltaron a la verdad… no sé si por ignorancia o mala fe.
Y es que no, no ganó la vida, perdió el Ministro Ponente. Porque el tema de la vida… ¡ni siquiera lo discutió la SCJN!Ninguno de los cuatro Ministros:
- Reconoció el derecho a la vida,
- Rechazó el “derecho” al aborto,
- Ni utilizó uno solo de los argumentos Pro Vida.
Sin embargo, lo importante es que, aunque la inmensa mayoría de los mexicanos somos Pro Vida, las leyes y los hechos no lo son. No, no somos una nación Pro Vida…
¡El aborto ya es legal en todo México!; porque esa misma SCJN lo aprobó desde el año pasado. En 2019 estableció que cualquier mujer puede ir a un hospital público y exigir le practiquen un aborto con tan sólo decir dos palabras mágicas: “Me violaron”.Y el hospital tiene que practicarle un aborto sin hacerle pregunta alguna… Sin presentar denuncia contra el violador… Sin hacerle un estudio que compruebe que fue violada.No, no somos una nación Pro Vida…
Pues desde el 2007, el aborto es legal en la CDMX, la ciudad más grande del País, donde ya se han matado decenas de miles de bebés provenientes de todo México.No, no somos una nación Pro Vida…
Porque, mientras Argentina, con 1/3 parte de nuestra población, sacó a un millón de personas a la calle para protestar contra el aborto, nosotros nunca hemos podido sacar ni a 40 mil.No, no somos una nación Pro Vida…
Porque nos refugiamos en la provincia… Y no marchamos en la CDMX, el centro del poder político, económico, financiero y religioso.No, no somos una nación Pro Vida…
Porque somos un país tuitero, defendemos la vida “desde la comodidad del hogar”, muchos “tweets” y pocas marchas; muchos “likes” y pocas protestas; mucho cabildeo y poca demanda.No, no somos una nación Pro Vida…
Porque nos da mucho por la “rezadera”, poco por la oración y casi nada por la acción. Rezamos para que Dios nos haga la chamba.No, no somos una nación Pro Vida…
Porque a 26 años de que se lanzó el primer desafío mundial a favor del aborto desde la ONU, en estos meses de pandemia, hay sobre-oferta de cursos y conferencias a favor de la vida, pero… ¿Algún plan para reafirmar la defensa de la vida en nuestras leyes? … ¡No !No, no somos una nación Pro Vida…
Porque a muchos líderes Pro Vida —religiosos, políticos o de la sociedad civil— los dominan los “respetos humanos” . . .se extraña a los Saulos de Tarso dispuestos al sacrificio.
Sí realmente queremos ser una nación Pro Vida, debemos:Primero, aprender a dar la cara. Pues hoy, los abortistas inquietan… y los Pro Vida damos lastima…Segundo, entender que los ataques a la vida y la familia vienen de intereses internacionales que han corrompido a la burocracia de la ONU; y de ahí a los países; y luego a los Estados. Pero en México vamos perdiendo porque se ha optado por ir cuesta arriba, a contracorriente… pelear en los Estados, para de ahí combatir a nivel federal, luego contra la ONU y…Tercero, reconocer que la SCJN es la mayor amenaza para la vida y la familia… y que la única forma de parar a unos ministros corruptos, que tuercen la ley y evaden la ciencia y la razón en sus sentencias es a través de fortalecer la Constitución.Y a través de modificar el actual esquema de conformación y operación de la Corte que convierte en “dioses” a seres miserables que, incluso, han llegado a ser su presidente.