¿Problemas del corazón…o del Alma?

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Sus problemas no son del corazón, son del ¡Alma! Y no lo sabe. Está enfermo y enfrenta la batalla del sentir y del pensar. Es una enfermedad que la ciencia no le puede resolver.

Es una batalla, diría Sun Tzu, donde el experto en el arte de la guerra venció al enemigo sin combatir. Y él, está vencido, como también lo hizo con el ciudadano, con aquel que ve como ¡Enemigos! Y los ¡Combate! Toma, asalta y derroca sin campañas prologadas. Y él ni cuenta se ha dado que ¡Está muerto! No enfermo, ¡muerto del alma! Sin compasión ni humanidad, porque soporta pérdidas a cambio de beneficio a largo plazo. Así, tan muerto que cacarea sin pudor “estar ¡Al 100!”, mientras otros enferman, se contagian o mueren.

Y de él, la enfermedad no es del corazón, es del alma, una alma que la enfermo cuando fue parte de aquellos a quienes hoy odia, a quienes denosta. Que se infectó de otros para pensar sólo en un futuro político, en caminar la senda de mantener, incluso de prolongar el poder. Que se quedó en su pequeñez. En su medianía y olvidó checarse el ¡Alma! Para no perder la esperanza, esa que sepulta, que sepultó igual que hoy a su población.

Que no es de estrategia ni de ciencia, sino de un actuar burdo, necio y cínico. Es aquel, que está muerto en vida, aún cuando la sonrisa le empuje a decir: “estoy bien, y de buenas” y su radiografía demuestre, que no, que su interior se pudre, porque su alma tiene ¡Metástasis! Y no, no “está entero”, tiene el cuerpo, que es mera apariencia o sombra, y una afección, que no es del corazón, sino del alma.

Un alma que se le fue sin morir, y que contamino todo, como ese virus, que hasta le arranca la fingida sonrisa de paz que no tiene, porque su alma está en guerra, con esa necedad y ese ejército de súbditos incapaces de advertirle: ¡Soberano!, en la nueva asignatura de “Vida Saludable”, olvidamos incluir la del ¡Alma Saludable!