“Abrid a Cristo el mundo de la enseñanza”, destaca
El mensaje a los maestros que el Papa Juan Pablo II dirigió a los maestros de México y el mundo, desde Aguascalientes, vuelve a cobrar especial relevancia mientras se discuten otra vez los cambios en el contenido de los libros de texto y camina el gobierno federal con una forma diferente de gobernar que ha sido rechazada por amplios sectores de la sociedad mexicana que rechaza el hedonismo.
Al cumplirse 30 años, organizaciones de educación y de padres de familia, piden reconsiderar a esta gran líder mundial; Hoy San Juan Pablo II, cuando dijo:
“Queridos maestros: como profesionales de la educación y como hijos de la Iglesia Católica, sois conscientes de que conseguir unos objetivos elevados no depende sólo de los sistemas pedagógicos. El mejor método de educación es el amor es el amor a vuestros alumnos, vuestra autoridad oral, los valores que encarnáis. Este es el gran compromiso que asumís, antes que nada, ante vuestra conciencia. Sabéis que no podéis transmitir a vuestros alumnos una imagen decepcionante del propio país, debéis enseñarles a amarlo fomentando aquellas virtudes cívicas que eduquen a la solidaridad y al legítimo orgullo de la propia historia y cultura”.
Diría que la convicción de la Iglesia mira con segura confianza la cultura mexicana, lo mismo que a las demás culturas de América latina, porque “los valores humanos y cristianos en este Continente están llamados a liberar todo ese potencial civilizador que aún no se ha manifestado plenamente”, ante lo cual la Iglesia “se siente comprometida a promover y fortalecer ese identidad”.
Y agregó: “la esperanza es que llegue definitivamente a este ocaso el prejuicio de que la Iglesia es un factor de freno cultural y científico. Los hechos vienen a desmentir tales acusaciones. Basta recordar la secular labor educativa de las instituciones religiosas y eclesiásticas, desde la primera evangelización hasta nuestros días. Pero mi exhortación de hoy a vosotros, maestros católicos, es: ¡abrid a Cristo el mundo de la enseñanza! De modo firme y paciente hay que ir amostrando cómo en Cristo encontramos plenamente impresos los ver4daderos valores humanos y, cómo está en Él el sentido de la historia, encaminada a la unión personal y la comunitaria de todos con el Dios Uno y Trino”, destacó.
Tras su muerte física, FUTURO publicó una edición especial de 54 páginas con el título “Sigue con nosotros”, y le reflexión (sumario): “… él está más vivo que nunca…”, que fue motivo de infinidad de comentarios y análisis en este y otros países.
“!El Papa no ha muerto! Lo dijo la voz autorizada del Vaticano y las voces múltiples y variadas de los medios de comunicación social de todo el mundo, en todos los idiomas y lo han avalado las voces tristes y sonoras de las campanas de todas las catedrales y templos del mundo y ha sido confirmada por los miles, tal vez millones de rostros afligidos, por la partida de quien fuera su padre, su guía, su maestro o por lo menos un hombre extraordinario, un ser universal, que hizo oír su voz sonora, fuerte, clara y límpida por todos los rincones del mundo. Su amor por el hombre lo llevó a ser acérrimo defensor de la dignidad humana, de los derechos humanos, empezando por el derecho a la vida desde el momento de su concepción hasta el término natural, condenando con la misma intensidad la eutanasia”, escribió en exclusiva para FUTURO don Rafael Muñoz Núñez, con quien el editor mantuvo estrecha comunicación y amistad que sirvió de guía para encauzar este guía hacia el Camino, La Verdad y la Vida, que sólo es Jesucristo.
En esta colaboración, don Rafael diría que “un ‘no’ rotundo y decidido saldría de sus labios en varias ocasiones, no al aborto, no a la eutanasia porque son crímenes abominables. Defensor también de la libertad, del derecho a profesar libremente su religión”.
Ahora el país necesita mas que nunca enderezar el camino ante el riesgo eminente de arrebatarnos la fe y esperanza que mantienen de pie a cualquier pueblo o Nación, sobre todo ante las evidencias de que hemos sacado a Dios de nuestras vidas, de nuestras familias, de las instituciones y, por supuesto, de la educación en todas su fases, y se trabaja con cambios legales para acabar con la Iglesia y la familia que son los pilares para el desarrollo integral.
Pero está claro que no es el Gobierno quien salvará al país, sino la propia sociedad, pero no sólo el federal donde se ha hecho más evidente, sino en sus diferentes niveles porque en estados como Aguascalientes que significaron la luz y esperanza para toda la Nación, ahora sus gobernantes locales han traicionado sus principios y peor aún, la voluntad ciudadana que les confió la dirección, el presente y futuro, lo que hemos denunciado en este medio no pocas veces sin importar las consecuencias y represalias, que han sido muchas, por cierto.
En las manos de cada uno de nosotros está la solución, no en políticos hipócritas carentes de sensibilidad y sentido común, por lo que la lucha debe ser permanente pero siempre bajo las prerrogativas del Espíritu Santo como lo expresara don Rafael Muñoz, y que son: Verdad, Libertad y Justicia. Y “educar en el amor” como diría San Juan Pablo II.