A escasos 70 kilómetros de la ciudad capital de Aguascalientes, México se encuentra la comunidad de Los Campos, un pueblo lleno de historia, tradiciones y colorido que sin embargo pareciera se encuentra atrapado en el tiempo, y entre tres estados.
Sólo una calle “la principal” divide a los estados de Zacatecas, Jalisco y Aguascalientes, tan es así que al buscar a qué entidad pertenece, aparecen en ese orden al mismo tiempo.
FUTURO fue con una encomienda especial, a la parroquia del Señor San José de Los Campos, donde saludamos, conforme a las nuevas normas sanitarias, al párroco del lugar, pero esa es otra historia bien particular que merece mención aparte.
No hay una precisión de cuántos habitantes tiene, pues hay quienes estiman que a lo mucho serían tres mil habitantes.
Pero tiene una particularidad; mantienen viva la fe y la esperanza de que algún día los comisarios, sobre todo de la parte de Zacatecas y Jalisco se pondrán de acuerdo para gestionar obras y servicios en favor de sus habitantes, porque de la parte de Aguascalientes pareciera ser que hay toda la disponibilidad “del mundo”.
Comerciantes del lugar exponen que son serios y grandes los problemas que tienen para realizar alguna gestión, sobre todo de salud y otras, pues si acuden a los lugares circunvecinos de Zacatecas, les dicen que su domicilio dice que es de del estado de Jalisco y, sobre todo a la inversa.
“Es un conflicto que lleva muchos años, décadas, por eso no se ve mucho progreso”, asienta uno de ellos.
Se hace especial referencia a que las obras de mejoramiento muchas de las veces llegan a suspenderse por intereses meramente políticos, de protagonismo.
Y da la casualidad que pareciera increíble que no hace mucho tiempo se habría logrado la construcción de una cancha de futbol rápido, y toda una serie de movimientos se hicieron para no construirse en la parte de Jalisco, donde está la Unidad Deportiva, sino que se edificó en medio de la calle en la parte de Zacatecas, la cual dio al traste con la visibilidad e inconformidad de los vecinos, además de que fue mal hecho, pero tenía que hacerse porque había interesados en sacarle el mejor provecho económico “aiga sido como aiga sido”. Y así fue, está prácticamente sin utilizar.
hay área alguna de distracción. Los baños que están cercanos a la parroquia (de la parte de Zacatecas), frente al templo (en la parte de Jalisco) están cerrados con llave y no hay quien atienda. Unas cuadras adelante, están unos baños de uso antiguo, con un tambo para echarle agua a la tasa, entre un inmueble lleno de tierra y con algunos animales hambrientos.
Sólo un modesto kiosko se mantiene de pie, porque algunos de los vecinos se han dado a la tarea de conservarlo, en la parte de Jalisco.
Por la misma acera, hay sólo una tienda bien abastecida de frutas, abarrotes y legumbres, con dos entradas, y sobre una finca antigua.
Es un lugar que de buscarse coincidencias, harían de este un lugar turístico y progresista y, sobre todo, que sus habitantes vivirían en paz, pues las diferencias están entre los vecinos de Zacatecas y sus vecinos de enfrente, de Jalisco a quienes sólo una calle divide, la principal, amén de que no hay algún estacionamiento ni siquiera para las “combis” y camiones de pasajeros que de vez en cuando pasan
Y es un albur ir a este lugar ahora, porque no se sabe con precisión a qué hora pasará el siguiente transporte, a menos que cada quien se traslade en vehículo particular.
Llama la atención que para ir a Villa García, las salidas casi se han suspendido por completo.
Este es en síntesis el pueblo de los Campos, de Villa García, al que colindan Zacatecas, Jalisco y Aguascalientes y donde aquellas huertas de frutales prácticamente han sido abandonadas y las fábricas de costura cerradas de años atrás.