Insostenible la situación al interior del nuevo Excélsior
No supieron que hacer con la marca Excélsior.
•Catorce años después de la compra tropezaron con esa realidad.
PABLO GONZÁLEZ
Sobre las ruinas de El Periódico de la Vida Nacional, aniquilado el 21 de marzo de 2006, sus nuevos dueños –mercantes de origen ibérico–, anunciaban en su primera plana: “Próximamente conocerás el Nuevo Excélsior”; catorce años después tropezaron ante una realidad incuestionable: No supieron, no saben ni sabrán qué hacer con la esa marca propiedad de socios activos y jubilados del histórico rotativo.
Especularon; desde un principio pensaban hacer de Excélsior algo parecido una plataforma político-electoral, pero no se les hizo. Sin embargo no dejaron de verlo como una fuente inagotable de riqueza.
Ñ Incursionaron en los medios audiovisuales con Excélsior como punta lanza pero se les cayó todo. A partir de este lunes 3 de enero la frecuencia de Excélsior TV (canal 28) queda en manos de los dueños del Heraldo TV y en razón de ello, la pregunta que culebrea en ese ambiente es ¿qué pasará con Excélsior?, el cual llegó a ser el que más dinero público recibió en publicidad oficial a lo largo del 2017.
Se calcula, con base a cifras oficiales, que en ese año el Nuevo Excélsior recibió el 42 por ciento del gasto del gobierno federal en publicidad oficial. El resto se distribuyó en los medos impresos de mayor circulación nacional.
A decir del personal de ese diario, se redujo a casi nada, provocando ajustes inevitables al interior del rotativo, donde el tiraje “ya es muy pobre”. Ello derivó en una baja de 800 ejemplares en el volumen repartidos a expendios en los últimos días, y en una virtual desaparición en puestos y otros puntos de venta.
En otro orden, calificaron como irreverente el hecho de mantener ociosas otras marcas propiedad de la Sociedad Cooperativa Excélsior S.C de R.L, como Revista de Revistas, Plural, Jueves de Excélsior, Arena, la primera de Noticias, y la Extra o Segunda de Noticias, entre otras que nutrieron sus antecedentes como promotora cultural, educativa, de entretenimiento y lo más importante: generadora de opinión.
Ante tal panorama, socios activos y jubilados de Excélsior enfrascados en una lucha iniciada hace 14 años, con la finalidad de recuperar lo que por ley les pertenece, tras una venta fraudulenta de los activos fijos de la Cooperativa Excélsior S.C de R.L., advierten que la voracidad cegó a los presuntos inversionistas cuya meta –según decían–, no era comprar sino invertir en el diario. Con ello salió a flote una entrevista del empresario Olegario Vázquez Raña que trascendió en las redes sociales y en la cual asegura: “No estábamos metidos en los medios de comunicación”, pero “vinieron a ofrecer Grupo Imagen Radio; proyecto que cuando lo realizamos dejaba entre 10 y 15 millones de dólares al año”. Un buen negocio que se paga en 8 o 10 años…
Al tocar el caso Excélsior asegura: “lo compré no pensando en el negocio” pero luego de tasar por sí mismo en “unos 680 millones o 700 millones de pesos el costo de la liquidación del inmueble” –que sería la planta industrial de la Cooperativa–, “dije, bueno es un negocio que no va a tener pérdida…” Sin embargo, añadió en esa entrevista hecha a modo, “me entró el gusanito hasta decir: una nueva cadena…”, lo cual, tampoco pudo lograrse en función de que Excélsior fue manejado equivocadamente en materia editorial y de mercado.
Tan es así que paulatinamente la gran cartera de suscriptores, lograda durante la existencia de El Periódico de la Vida Nacional, se fue adelgazando hasta desparecer prácticamente; su política editorial consistente en informar nada, contribuyó en ese problema e impactó naturalmente en ingreso de recursos al rotativo. Tal fue la secuela en el diario que hasta la presente semana el tiraje llegó a los 10 mil ejemplares provocando recortes masivos de personal y reajustes en la distribución del rotativo, el cual desapareció prácticamente de expendios y otros puntos de venta.
Como resultado de la baja de unos 6 mil ejemplares en el tiraje diario, sobrevino el recorte masivo de personal, así como el consecuente reajuste en las “rutas de repartición”. En ellas bajó notablemente no sólo el número de repartidores, sino el volumen de entrega en tiendas y otras negociaciones.
A decir de personal de ese y otros departamentos que dependen directamente del área de Producción la situación se ha complicado tanto que “se teme lo peor para el periódico”. Su situación es insostenible