La situación actual de Venezuela no debe verse como un caso aislado o distante, que más allá de los intereses políticos y económicos por muchos conocidos, incide en países de la región -incluido México-, en preceptos como la dignidad y los derechos humanos; más aún, nos arrastra hacia el desorden, ese libertinaje que esclaviza propio del socialismo que nos llevaría a la pérdida de la esperanza.
Tras manifestar lo anterior, Dominik Kustra reveló que hay nuevas estimaciones de que han emigrado unos seis millones, y que de seguir la tendencia como hasta ahora, en dos años más alcanzaría los 10 millones, lo que representa el 25% del total de su población que alcanzó los 40 millones de habitantes.
Durante la entrevista especial con FUTURO, el representante de la Fundación Pontificia de Ayuda a la Iglesia Necesitada -en línea directa con el Vaticano-, citó el caso de un joven de 17 años de edad que conoció, y que tuvo la experiencia de enfrentar lo que es la ausencia de atención médica en ese país, al grado de ante la falta de médicos, fue atendido por un estudiante de tercer año de medicina, “y no se diga en enfermedades crónicas donde el panorama es desalentador, pues a veces ni siquiera se consigue un paracetamol”.
Más aún, el 60% de la población que trabaja gana 5 dólares al mes, con lo que se compra un pollo y un kilogramo de arroz.
¿Entonces de qué viven las familias?, se le preguntó, y dijo:
Decíamos que una buena parte de los venezolanos ha salido del país, y muchos de ellos son también médicos y otros con alguna otra profesión, bien preparados, que ahora son quienes les envían recursos, que a no ser por esas remesas, sería un desorden mayor y vivir en el caos.
Pero no menos importante es la “increíble” espiral inflacionaria, fenómeno que se traduce no sólo en falta de oportunidades, sino también en desajustes importantes en el tejido social, en la familia, porque al no haber trabajo y no tener para comer, curarse o vestir, sobrevienen una serie de hechos difíciles de creer.
Explicó que en agosto del 2018, la moneda –el bolívar- registró importantes cambio: luego sería “bolívar soberano”, es así que, si un dólar equivaldría a 60 bolívares soberanos, en 14 meses alcanza los 28 mil bolívares soberanos, “por dólar”, hace hincapié.
Otro ejemplo, si algún producto hoy por la mañana se compra en 28 mil bolívares soberanos, por la noche ya cuesta 32 mil, con la observación de que si la noticia se difunde mañana o en los próximos días, los números ya habrán cambiado significativamente.
(Esto cuestan las zanahorias y el papel higiénico)
Y a ello habría que agregarla la escasez de combustibles, como la gasolina, a pesar de la riqueza propia de Venezuela.
“Vemos la gran decadencia de la sociedad”, lamentó el también teólogo y pedagogo.
Y esto abarca no sólo lo económico y social, sino también lo espiritual y moral por esa ausencia de valores dentro de la misma sociedad que trae de manera paralela otros conflictos colaterales, como la violencia, la drogadicción y el suicidio, derivado de esas “malas políticas del socialismo” que ni siquiera en países como la exUnión soviética tuvieron éxito. Son un fracaso totalmente, en todos los sentidos, acotó.
(Esto para comprar un kilogramo de carne; no hay medicinas)
En este contexto, el también comunicador y periodista internacional lamentó que aún con visa, a los hermanos de Venezuela se les prohíbe ingresar a México. Trascendió que en Cancún un grupo de venezolanos estaría retenido sin justificación aparente, sin omitir las medidas que cada Gobierno considera pertinentes para detener el flujo migratorio, que sin embargo no deben perder de vista el punto de vista humanitario.
Un gran alivio y mensaje de esperanza
Durante la entrevista con el representante de FUTURO, Dominik Kustra subrayó la solidaridad que ha mostrado el pueblo de México con los hermanos venezolanos, que más allá de las políticas de Gobierno, los vean como seres humanos, con dignidad y principios, y en este contexto las Iglesias han jugado un papel extraordinario, especialmente la católica, donde las congregaciones han tenido que enfrentar una serie de desafíos para conseguir medicamentos y entregarlos de manera gratuita, con acompañamiento sociológico y con atención primordial para los niños desnutridos.
Hay mucho por hacer, y en este camino estamos, para mantener la esperanza de tantos venezolanos, pero sin perder de vista que el caso de Venezuela lo mismo preocupa a Colombia, Bolivia, Chile y México, entre otros, porque son países que han sido infestados por ese socialismo que destruye vidas y familias, y que mata la esperanza y la fe en Dios, que es en quien debemos mantenernos firmes.
Más allá de aspectos religiosos, lo que vemos es la constante violación a los derechos humanos de tantos hermanos nuestros, y sin lugar a dudas esta ayuda deberá ir soportada en la oración, en esas jornadas espontáneas que son de gran soporte para mantenernos de pie, subrayó.