Así le ganan los cárteles al Estado Mexicano

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Por: Froylán Méndez Ferrer

México.- El estado mexicano poco a poco ha ido perdiendo la “otra” batalla contra los cárteles de la droga, “la aceptación de la población”. En un recién video circulado en redes sociales integrantes del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) entregan despensas a damnificados de la tormenta tropical Narda.

En el clip, integrantes del CJNG reparten víveres a pobladores de la localidad José María Morelos en el municipio de Tomatlan, estado de Jalisco. En el audio se escucha que un miembro del cártel les hace saber a las personas que no son del DIF y que van de parte del “patrón” el “mencho” (Nemesio Oseguera Cervantes).

Con mucha frecuencia los cárteles de las drogas en México utilizan estas prácticas para sumar adeptos y contrarrestar las acciones de las fuerzas policiacas y armadas.

En el mes de enero de cada año grupos de sicarios entregan a nombre de sus cárteles miles de juguetes en comunidades dominadas. Se ha documentado que el “mencho”, en día de Reyes envía a sus sicarios a entregar juguetes a niños de escasos recursos en estados como Jalisco, Aguscalientes y Veracruz. Por su parte el Cartel de Sinaloa de “el Chapo” Guzmán hace lo mismo en casi todos los municipios de Sinaloa.

No es la única vez durante el año que el narco hace el papel de benefactor de los desposeídos; por ejemplo en navidades, “El Cholo Iván”, ex jefe de seguridad de Joaquín el Chapo Guzmán, repartía decenas de despensas (arcones navideños) para las zonas rurales de Sinaloa.

El Cártel del Golfo (CDG) ha hecho lo mismo, en septiembre de 2013 diversos medios mexicanos informaron que el CDG se movilizó para entregar varias toneladas de víveres a habitantes de Aldama y municipios del sur del estado de Tamaulipas afectados por las lluvias derivadas del huracán ‘Ingrid’.

La percepción de la población en los estados que dominan los cárteles es que el narcotráfico genera progreso en las comunidades donde viven los “capos”, y no generan tanta violencia, la producción de la droga la ven como una actividad que beneficiaría a su estado.

En las clases más bajas, todo se reduce a un asunto claro: el dinero. Las personas no se involucran con el narcotráfico por cuestiones ideológicas, por convicciones o por religión. Lo hacen para resolver lo más elemental, para obtener lo que de otra manera no consiguen “economía y bienestar familiar”.

Aunque nos pese, la realidad es que los cárteles de las drogas han encontrado adeptos no sólo entre los consumidores de drogas, sino entre ciudadanos que se han topado con una ruta para intentar escapar del nivel socioeconómico en el que están encerrados. Así de sencillo.