Abusos son cáncer que debemos enfrentar contundentemente

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Al presidir la Jornada de Oración por las Víctimas de abuso sexual este 16 de julio, el secretario general de la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM), Mons. Alfonso Miranda aseguró que el abuso sexual por parte de clérigos “constituye un cáncer” que debe ser enfrentado contundentemente.

La Jornada de Oración por las Víctimas de abuso sexual se realizó en las instalaciones de la Universidad Pontificia de México en Ciudad de México, organizada por el Centro de investigación y formación interdisciplinar para la protección del menor (CEPROME).

El también coordinador del Consejo Nacional de Protección de menores de la CEM señaló que “adelantándonos algunos años, quizá no muchos, nuestra generación será escudriñada ante el horrendo abuso sexual perpetrado por clérigos en la Iglesia, y será evaluada si supimos o no enfrentarlo y solucionarlo”.

Esta evaluación, dijo, apuntará a juzgar “si fuimos indiferentes, omisos, cobardes o negligentes; o si fuimos sensibles, responsables, humildes y valientes para aplicar las enmiendas y correcciones que teníamos qué hacer”.

“No cabe duda que el problema del abuso sexual en la Iglesia católica constituye un cáncer, al que, principalmente los pastores, debemos enfrentar contundentemente hasta extirparlo, a costa de ser tachados como infieles y traidores al mensaje de su Jesús, y a la misión de la Iglesia”, indicó.

El secretario general de la CEM subrayó que “es importante que, como Iglesia, asumamos el dolor no solo por el daño ya causado por muchos de sus miembros a menores de edad o por su encubrimiento, sino y especialmente, el dolor que implica extirpar este mal, en los mismos miembros de la Iglesia”.

Una forma inadecuada en la que la Iglesia ha respondido a este drama, dijo, ha sido el clericalismo, “que nos ha llevado a deplorables conductas de abuso sexual, de poder y de conciencia”.

“Conscientes de esta actitud, tenemos que admitir que muchas veces la Iglesia – en las personas de sus obispos y superiores – no supo y todavía, en ocasiones, no sabe comportarse como debe para afrontar con rapidez y decisión las crisis provocadas por los abusos”.

Mons. Miranda subrayó que “los derechos de los victimarios ― su buena fama, el ejercicio de su ministerio, o seguir llevando una vida normal al interior de la sociedad― no pueden nunca primar sobre los derechos de las víctimas, de los más débiles, y de los más vulnerables”.

El secretario general de la CEM señaló que la posición de la Iglesia “ha quedado del todo confirmada en la cumbre de protección de menores celebrada en Roma en el mes de febrero pasado, y es con las víctimas y a favor de las víctimas”.

Por esto, continuó, “exhortamos a nuestros hermanos obispos y superiores, a que cualquier caso que surja, y los que ya son públicos, ya sea en congregaciones religiosas, como con los legionarios de Cristo, así como de arquidiócesis o diócesis en México, sean procesados, como lo marcan los últimos documentos pontificios”.

El Prelado mexicano precisó que “más que nunca, los obispos tenemos que sentirnos llamados a fortalecer nuestros vínculos fraternos”, pues “nuestra fortaleza depende, sin duda, de la unidad profunda que marque nuestro ser y nuestro actuar”.