Una multitud de personas que participó en los ejercicios espirituales también en la parroquia de San Judas Tadeo-Santa María de Guadalupe en #Aguascalientes, México, no sólo descubrió “el verdadero rostro de Jesús”, sino que también fue receptora del mensaje que el P. Ernesto dirigió acerca de la esperanza para mejorar la situación del país, en base a la participación y a la unidad, siempre de la mano de la oración y la misericordia.
Con las innovaciones que suele aplicar el señor cura del lugar, acompañado del P. Fernando, dinámicas que se replican en gran parte de la diócesis, esta vez perfiló su metodología a varios segmentos, con la intervención de algunos laicos del lugar y otros invitados como exponentes.
Una de las expresiones que llamaron la atención, fue cuando un joven –balón en mano- sale de la puerta lateral izquierda, por donde se ingresa a la Sacristía. Enseguida, el “deportista” con la cara pintada responde sólo con señas a las indicaciones del P. Ernesto para formar un equipo entre la feligresía, y continúa de uno en uno hasta casi completar, pero cuando empieza uno de los integrantes a jugar bien, lo saca del juego.
Otro más, mete gol y pasó lo mismo, porque el “futbolista” sumido en su egoísmo y soberbia, sólo quiere ser él, y al final se queda sólo, “sin equipo”. Esta es la gran lección, dijo el P. Ernesto, que los mexicanos necesitamos dejar de estar divididos porque México es un solo equipo y en ese medida tenemos que trabajar unidos.
En otra exposición, llama a tres jóvenes presentes a que vayan a la entrada de la parroquia por una vara. Llega con ella y le pide que le rompa, lo cual logra con cierta facilidad, y a su sucesivamente, se le pide al segundo y al tercero, y cada uno rompe la vara con sus piernas.
Enseguida, le pide a uno juntar tres de ellas y romperlas juntas, lo que les resulta imposible, y la lección fue en el mismo sentido, que en colaboración y unidad se logra el objetivo, porque “entre todos podemos hacer de nuestro México cosas maravillosos”.
Si nos mantenemos fuertes y unidos en nuestro país, “no habrá adversidad que no podamos vencer”, expuso el P. Ernesto para recordar la anécdota de los cangrejos que se pescaban en el lado mexicano y en el del extranjero, cuando los primeros salían del bote sin tapar con facilidad, porque los de abajo no dejaban salir a los de arriba, mientras que a aquellos del otro extremo, el que repetía la labor los tapaba porque suponía, como de hecho sucede, que se unían y los de abajo o en medio ayudaban a salir, hasta lograrlo uno por uno y en orden.
El verdadero rostro de Jesús
Además de las múltiples reflexiones espirituales que se hicieron, y las exposiciones de dos conocedores del tema, una madre de familia con amplia experiencia en la radio del Instituto Mendel y un padre de familia, hermano de conocido locutor de la radio, externaron la trascendencia de la fe, del reconocimiento de los errores y de la fuerza de la oración.
Pero no menos importante fue la exposición del P. Ernesto cuando sobre el piso del templo colocó seis pequeñas mesas con igual número de cajitas de cartón y mini-cortinas para que descubrieran el “verdadero rostro de Jesús”, no sin antes presentar una imagen del Sagrado Corazón, referir al Señor de la Misericordia y preguntar a la feligresía que cómo se imaginaban que en realidad era Jesús.
Y todos los asistentes lo descubrieron.
Una de las misas de acción de gracias, donde se concedieron indulgencias plenarias la ofició el P. Fernando, observándose que el templo estuvo totalmente lleno, al grado de que hubo personas que permanecieron de pie durante la celebración.
Todos los asistentes, que fueron varios miles, darán cuenta del “verdadero rostro de Jesúis”.