“BODAS DE DIAMANTE” DE DOÑA COCO Y DON CAMILO EN #AGUASCALIENTES, MÉXICO
“Los abuelos son como el buen vino, que mejora con los años” dijo en fecha reciente el Papa Francisco con motivo de la celebración de una pareja que cumplió sus bodas de oro en Roma -50 años de casados- y en #Aguascalientes, México acaba de celebrarse este fin de semana una ceremonia especial: sus “Bodas de Diamante”, que significan ¡60 AÑOS de matrimonio!.
“Podemos ser como el buen vino. Podemos envejecer en sabiduría para transmitir sabiduría. Y no creer que la historia termina con nosotros porque ni siquiera ha comenzado con nosotros: la historia continúa”, subrayó el Santo Padre.
Al igual que San Juan Pablo II, Francisco ha querido privilegiar el valor de la unidad familiar y “difundir esas buenas noticias” ante un mundo lleno de confusión y engaño donde se presenta lo malo como bueno y lo bueno lo exponen como pasado de moda.
“Quienes cumplen más años de matrimonio, son “un precioso ejemplo para las parejas recién casados” y serían alentador mensaje para quienes inician este proceso.
Doña Coco y don Camilo
Con el joven sacerdote que los puso como ejemplo y motor para muchos jóvenes matrimonios y sus allegados.
Las Bodas de Diamante de Doña Socorro y don Camilo tuvieron lugar este sábado seis de abril en el templo del Tepeyac, del boulevard Guadalupano de la ciudad de #Aguascalientes, México, una zona popular con su majestuosa construcción donde se venera a Santa María de Guadalupe y a San Juan Diego.
Más allá de lo vistoso que resultó la ceremonia, lo trascendente fue sin duda el mensaje que a manera de homilía les dirigió el joven sacerdote, donde destacó también que son ellos, para sus hijos, amigos “y todos los recién casados” un motor y buen ejemplo.
Dirigiéndose primero a Don Camilo, el sacerdote enfatizó algo no menos trascendental: que han contado siempre con la bendición de Dios, porque además de ser personas de bien, sirven a la comunidad eclesiástica al igual que parte de sus 9 hijos -5 hombres y 4 mujeres-, y gracias a ello, con la fe de por medio, han sido fiel reflejo de la unidad que en todo matrimonio debe prevalecer, sin que estén exentos de dificultades que al final de cuentas sirven para acrisolar esa unidad.
Reiterar el compromiso ante el Altar
No menos importante fue el mensaje dirigido a “Doña Coco”, como es conocida, a quien el sacerdote le expresó el valor de ser la depositaria fiel de la virtud y la gracia que glorifica y dignifica a toda familia, entre otras anotaciones referidas.
Fue un conjunto de mariachis el que amenizó la celebración eucarística, para reforzar con algunas piezas al término de la misma en el atrio del moderno templo.
Previamente se habían tomado la foto del recuerdo con todos sus hijos y, otra más con su amplia descendencia, entre nietos y bisnietos. En la gráfica, con sus 9 hijos.
Foto particular de la familia
Entre los nietos mayores se contó a Juan Gilberto, (de 18 años) Lucy y Yahara Eilen, y la más pequeña, la hermosa “Marijó”, -María José-, y entre ellos una gran lista que acompañaron a las familias de sus hijos, algunos residentes en el extranjero que llegaron a México para acompañar a sus padres a esta gran celebración por las Bodas de Diamente, en espera que se cumplan las Bodas de Roble -80 años- de mantenerse unidos, como se expresaría por ellos mismos: “Si Dios lo permite” o, “hasta que Dios quiera”, según las palabras de don Camilo y doña Coco.
Para cerrar la celebración, se llevó a cabo el evento social en un salón cercano al fraccionamiento Primavera de esta ciudad, donde el grupo musical demostró su versatilidad con interpretaciones de Agustín Lara, Pedro Infante, José Alfredo Jiménez, la Sonora Dinamita y por supuesto la Sonora Santanera y otros reconocidos grupos de los 80´s.
En la Víbora de la Mar
Hasta en la “víbora de la mar” participaron don Camilo y doña Coco, que presidieron el brindis y el corte del delicioso pastel, dentro de un clima de armonía y respeto, pero también de mucha alegría, delicioso bufete y vino de manera moderada, siendo doña Coco –hija de ambos- quien agradeció la asistencia y participación de hermanos y nietos y demás familiares, además de algunos invitados especiales que disfrutaron al máximo el baile.
Al término de la misa
Muchos recuerdos se hicieron en estos 60 años de este gran y ejemplar matrimonio, recordándose la primera vez que ante Dios se comprometieron.