Este 19 de febrero de 2019 quedará registrado en la historia como un día trascendental para la feligresía y sociedad aguascalentense, al bendecir las instalaciones de la “Clínica Talamantes” en ocasión de los 50 años de servicio de FASA –Fraternal Ayuda Sacerdotal de Aguascalientes-, que estará al servicio principalmente de los sacerdotes enfermos, pero sin limitarse a las familias que así lo requieran; de esta forma, la iglesia católica a través de su jerarquía cumple con otro compromiso más en cuanto a obras de misericordia se refiere.
Mención aparte merece el merecido reconocimiento que en vida se le hace al sacerdote Gustavo Edmundo Elizalde Mora, iniciador de esta gran obra.
Durante los principales eventos se contó con la presencia del Obispo don José María de la Torre Martín y de la gran mayoría de los sacerdotes de nuestra Diócesis, exhortando a los presentes a que sigan dando un buen ejemplo para de esa forma cumplir con la misión encomendada y los postulados del Papa Francisco para hacer posible el trabajo conjunto que cambie para bien nuestro entorno.
Habría que subrayar la intervención de monseñor Ricardo Cuéllar Romo, orador designado en este importante evento, quien también diría:
“Gracias a nuestro Obispo que ha apoyado a FASA, como sus tres antecesores obispos. FASA es un apoyo providencial que Dios le pone para cumplir con una de sus graves responsabilidades. Estamos seguros de que así lo seguirá haciendo, junto a sus colaboradores más cercanos en el gobierno diocesano”.
También dio las gracias a la directiva actual. “Nos imaginamos que son muchos sus desvelos y preocupaciones por mantener a FASA ‘in crescendo’. Que Dios les pague con abundancia de dones lo que nosotros les agradecemos de corazón”.
“Gracias a todos los presentes. Les deseamos que sean portadores de la ‘buena noticia’ de una FASA que va hacia adelante haciendo el bien a todos los presbíteros”.
EL P.GUSTAVO ELIZALDE MORA Y FASA
Tras narrar sus orígenes de cómo nació esta obra, Cuéllar Romo dijo:
“FASA es una organización nacida y desarrollada en esta Diócesis, cuya alma ha sido el P. Elizalde, para atender a la previsión social de los sacerdotes a su servicio. Es una realidad providencial, única en su género. Sus estatutos actualizados el 5 de mayo de 2015, rebosan grandeza de corazón, alegría en el servicio, generosidad hacia los más necesitados, bondad y magnanimidad”.
Precisó: “Conozco personalmente varios organismos similares de otras diócesis y de otros países y considero que FASA es mucho más benévola en el tratamiento de cada caso, que abre espacios más amplios para favorecer a todos, que impone cargas más livianas a sus socios, y todo esto ha sido posible en buena medida porque el padre Elizalde así ha sido: benévolo, de trato amigable, abierto a todos. Creo, en una palabra, que FASA es una grande bendición de Dios por todos los servicios que presta a los sacerdotes de Aguascalientes, como ha sido una bendición Dios el padre Gustavo. Con sensibilidad de comunión y solidaridad presbiteral FASA debería de llenarnos de gozo, alegría y legítimo orgullo, por esta obra que ha sido de todos y ha afrontado las crisis propias del nacimiento, de la adolescencia, del desarrollo y consolidación”, subrayó en su elocuente mensaje.
PRESENTE EN ALMA
No fue posible contar con la presencia física del padre Elizalde como se tenía previsto en este homenaje, pues según explicó a FUTURO su médico de cabecera, el Dr. José Luis Barrón Rivero, tuvo una fractura en la columna debido a su edad, y recomendó no arriesgarse en espera de una pronta recuperación, si bien en su nombre el padre Javier Castañeda recibió la distinción en compañía de otros sacerdotes también respetables, como el padre Roberto Torres Valenciano.