En Venezuela necesitas trabajar todo un día para comprar una botella mediana de agua potable, pero aunado e ello la libertad de expresión es letra muerta porque las señales de medios importantes ha sido bloqueada y el 90% de los periódicos impresos han dejado de operar por el alto costo del papel, que es caro y restringido, reveló Dominik Kustra en exclusiva para FUTURO.
Puso en claro que no todo lo que se difunde en el mundo acerca de la situación de este país corresponde a la realidad, primero porque no se valora en su justa dimensión la crisis humanitaria, ni tampoco se hace referencia a la llamada “ley de odio a la Patria” mediante la cual si algún ciudadano se manifiesta en la calle por la situación de hambre que padece, de inmediato es detenido por la policía.
Pero no sólo hay esto, pues la crisis manifiesta alcance el sistema de transporte público, observándose que el 90% está fuera de circulación por los altos costos, y el 10% restante es insuficiente, observándose filas de hasta 200 metros en espera de que pase alguna unidad.
El representante de la Iglesia Necesitada ante el Vaticano, destaca la represión de que es objeto la fe y que no se circunscribe sólo a la católica, y recordó las amenazas de que han sido objeto los integrantes de la jerarquía católica, acusándose a los Obispos de “francotiradores” sólo por exponer la situación que se vive y llamar a la feligresía a mantener la unidad y la esperanza.
La educación está en su peor nivel, porque el salario de los maestros apenas le alcanza para pagar el costo del pasaje, mientras que los servicios de salud están en similar situación observándose una carencia alarmante de medicamentos, mientras que las autoridades buscan presentar ante el mundo una imagen diferente, de prosperidad y de progreso, pero también de respeto a los derechos humanos.
La situación es tan grave que muchos venezolanos han tenido que emigrar a países vecinos, especialmente a Colombia donde estimaciones recientes hablan de que la cifra ya superó el millón de personas porque no tienen una mejor opción cercana, y decidir pasa de Venezuela a Colombia, lo explica todo.
Más aún, la ciudadanía venezolana tiene bien claro que fue mínimo el porcentaje que acudió a las urnas, y quienes lo hicieron fue bajo presión ante la amenaza de quitarles el trabajo en el sector salud o en educación, mientras que la ONU no ha dado respuesta a pesar de ser ésta una crisis humanitaria donde en 20 años se pasó de la ilusión al horror.
Se anunció una participación del 55%, pero se cree que fue inferior al 20%, adjudicándose el Presidente Nicolás Maduro una votación superior a los 6 millones de electores.