Aguascalientes sigue siendo una “ciudad de empleados”

Lo que necesita el estado son más patrones para que haya equilibrio...

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Aguascalientes es un estado excepcional por muchas cosas buenas, por otras no tanto, al grado de sufrir los particulares amenazas y represalias cuando sólo buscan aportar algo como miembros de una sociedad en renglones fundamentales para mantener el Estado de Derecho, -entre ellos la seguridad y el desarrollo económico-, que todavía son manejados con una visión errónea que nos ha convertido “en una ciudad de empleados”.
Marco Flavio Delgado Gutiérrez habla como “un ciudadano más” para FUTURO, ante quien expone que es menester modificar planes y estructuras para generar riqueza y conseguir la estabilidad que ostentas otros lugares del país, como Monterrey e incluso Guadalajara, sólo por mencionar algunos, porque no debe satisfacer cuando se habla de que tantos tra- bajadores fueron inscritos en el IMSS -con todas sus variables-, cuando lo ideal sería conocer del crecimiento satisfactorio del número de patrones, índice que prácticamente se mantiene sin movimiento, y cuando se da, ocurre a la baja.
“Que nos digan también que ahora hay tantos patro- nes por cada 1000 o 100 ha- bitantes, y que la tendencia es a la alza”, precisó.
Estas políticas inciden directamente en la problemática que a diario vivimos, de la que los medios de comuni- cación dan cuenta, muchas veces de casos lastimosos que son del dominio público, pero que precisamente tienen sus orígenes en esas políticas equivocadas.
El también ingeniero civil, dirigente de instancias del sector privado dentro de la industria y el comercio, y promotor del
desarrollo económico mediante foros regionales, nacionales y hasta internacionales, lamenta la apatía que persiste dentro de la sociedad civil para exponer las inquietudes y demandas populares.
Y atribuye este “desánimo” a las represalias que, por increíble que parezca, provienen de las propias autoridades, al grado de coincidir con otros líderes de opinión en que en estos tiempos “huele a azufre”, y prefieren evitar a ser señalados para mal, cuando debería ser a la inversa, de fomentarse en los hechos y no en los discursos la tan publicitada “participación social”.
Como ejemplo citó que en el tema de seguridad, organizó la instalación de cámaras de video-vigilancia en lugares estratégicos del centro de la ciudad que han sido focos de la delincuencia; atendiendo al llamado de nuestras autoridades, pero grande fue la sorpresa de que lejos de permitirnos ayudar, nos amenazan y sufrimos represalias a pesar de cumplir con la serie de requisitos exigidos previamente.
En este caso particular, la situación se remonta a la administración de Juan Anto- nio Martín del Campo, quien extrañamente se negó a que los comerciantes pudieran implementar medidas de au- toprotección, quedaron des- de entonces a merced de la delincuencia presentándose hechos lamentables que por respeto se mantienen en el anonimato. También se refirió a otros temas rela- cionados con la formación, además de la urgente necesidad de un cambio radical en las acciones y políticas económicas, porque Aguascalientes merece y necesita de ingresos que le den esa estabilidad que con urgencia necesita para hacer frente a
las adversidades del presente y futuro.