La revista Annals of Internal Medicine y CNN en español documentaron el caso de una mujer de 30 años de edad con un cáncer llamado linfoma, y descubrieron que un viejo tatuaje era el causante del mismo. Los médicos dirigidos por el hematólogo Christian Bryan extrajeron un ganglio linfático de su axila y encontraron un grupo de células inmunes que estaban llenas de pigmento negro.
Tras lo anterior, galenos de medicina preventiva advirtieron que en México hay nulo control sobre los riesgos potenciales en la salud que desencadena una serie de daños dentro del organismo, más allá de los perjuicios emocionales que una buena parte de ellos trae consigo, más aún cuando existen evidencias de que anteceden a la drogadicción, alcoholismo y violencia intrafamiliar que tienen como final la pérdida de vidas.
“Todas las tintas de tatuajes son potencialmente tóxicas. Algunos de los pigmentos pueden migrar de la piel hacia los nodos linfáticos del cuerpo, por ejemplo”, señalan los especialistas para añadir que: “Otros efectos potenciales a la salud son: potenciales cancerígenos; pueden ocasionar inflamación y daño al ADN y, Pueden contener Hidrocarburos Policíclicos Aromáticos (HAP) como el benzopireno (un cancerígeno de clase 1 de acuerdo con la Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer)”.
Hay ciudades como Aguascalientes y Guadalajara donde tatuarse o abrirse una parte de su cuerpo para ponerse piercing se ha vuelto una “moda”, hasta extralimitarse, y se documenta que en la gran mayoría de las privaciones de vida que alarman a la sociedad, hay algún ingrediente de esta naturaleza, más allá de las creencias religiosas que sostienen fuerzas demoniacas en todos los casos.
La Alianza de Pastores Cristianos había advertido en 2015 de la influencia de los símbolos satánicos, luego de que en 2007 se inaugura en Aguascalientes el Museo Nacional de la Muerte y se fomentan festivales de esa índole que según los sociólogos independientes, tienen mucha influencia en el número de suicidios, tanto que hasta en mercados públicos ya tienen grandes espacios para la comercialización de figuras y yerbas para hacer rituales, los que se llegan a practicar en los propios panteones municipales.
“Hay una fuerte corriente satánica que dentro del gobierno defiende estas prácticas sólo por placer y para rendirle culto a la Asquerosa Muerte, que es el mismo Satanás”, declaró en fecha reciente un religioso católico que alertó por las figuras alusivas en museos y lugares de esparcimiento familiar, mientras se anuncian nuevas festividades en su honor.
Estos seguidores de las fuerzas oscuras son quienes han sorprendido a niños y adolescentes para tatuarse figuras satánicas, mismas que causan un alto grado de depresión y violencia intrafamiliar, más allá de las consecuencias físicas que se narran al inicio.
Señalan especialistas riesgos por tatuajes
Además de las consecuencias en la salud, ¿hay otro tipo de daños en la sociedad?