Estudiar el sol ayudaría en la predicción de sismos

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CDMEX.-Científicos independientes coincidieron la tarde de este miércoles que “el estudio del clima solar podría ayudar en la predicción de terremotos en lugares exactos, logrando salvar así cuantiosas vidas humanas”, y que los fenómenos ocurridos en México no son consecuencia del sistema “Harrp” como ha sido divulgado en páginas y redes sociales, sino que son efectos de una de las recientes “explosiones solares”.
Aunado a ello hay relación de la actividad sísmica y la volcánica, encontrándose por otra parte testimonios para soportar tales consideraciones en virtud de las grandes luces previas que están documentadas.
El HARRP es “una arma secreta que provoca desastres naturales y terremotos”, pero esta vez no hay asociación alguna que se puede vincular por sus bandas de transmisiones que tienen varios países, como Estados Unidos, mientras que al “calentamiento global,” se le atribuyen las mayor parte de los desajustes en la atmósfera y la supuesta desaparición de especies e islas importantes que se consideran países lejanos.
En futuroags.mx-página digital, páginas 8 y 9, -también en la edición impresa- del 15 de septiembre, aparecen argumentos en los que se indica que científicos independientes hablaron del 99% de las probabilidades de los últimos acontecimientos con mucha anticipación, e inclusive se presenta uno de los libros de mayor controversia editados desde enero pasado donde ya se habla de estos sucesos.
Particularmente se denuncia que más allá del protagonismo de los informes de estos expertos, lo que se pretende no es otra cosa que la de “salvar vidas”, y se expone la omisión que han tenido la mayor parte de los medios de comunicación que han hecho caso omiso a la revelación de que autoridades federales, estatales de Chiapas, la NASA y del Sistema Nacional respectivo, ya tenían conocimiento del hecho, y que lo menos que debería hacerse es desmentir tales aseveraciones o, en su defecto, deslindar responsabilidades y proceder en consecuencia porque el sufrimiento, el dolor y las pérdidas humanas bien pudieron haberse evitado, más aún con los testimonios de estudiantes de la UNAM que reconocieron la “grave omisión”.

Deslindar responsabilidades
Más aún, porque se habla de catástrofes mayores para México y otras partes del mundo, situación que debe aclararse debidamente entre científicos oficiales e independientes para llegar a alguna conclusión constructiva y objetiva, más allá del protagonismo o sensacionalismo que ha sido común en las redes sociales, como “las patrañas” que asociación al fin del mundo este 23 de septiembre.

Los diferentes enfoques…
Desde el punto de vista teológico: No hay ni puede haber “desastres naturales”, como si la ‘naturaleza’ los causara; sólo hay “desastres naturales”, causados por alguien que detesta y ataca la obra de Dios. Y ya sabemos quién es el que por su maldad los causa.
Asocian a lo anterior una parte central de la oración que se mandó imprimir desde hace poco más de 45 días, en vísperas de los esperados acontecimientos, -de lo que hay testimonio- y que en su parte fundamental, dice: “Dios Padre providente, tus hijos te pedimos de manera especial que sofoques todo desastre que por nuestros pecados los demonios nos causan, como accidentes, sequías, incendios, heladas, inundaciones, granizadas, tempestades, terremotos, cambio climático, etc.. destruyendo viviendas y cosechas, trabajo de los hombres, y destruyendo vidas en tus hijos e hijas, imágenes de tu Ser”.

La intercesión…
Al final se pide la intercesión, por enésima ocasión, de Santa María de Guadalupe.
Para religiosos y laicos, estos “desastres en la naturaleza” se deben al inmenso número de abortos que sobre todo hay en la ciudad de México y que representan la mayor ofensa a Dios; otros estudiosos acaban de afirmar que lo sucedido son simplemente ejemplos “de lo que viene”, mientras que otras voces autorizadas de la Jerarquía católica difieren de lo anterior, y sostienen que “el parto der la tierra” que está por darse, “es porque no comulgamos” a diario, y por ende, ante las extremas ofensas a Dios que nos ubican a la época de Sodoma y Gomorra, “pero que cada quien saque sus propias conclusiones, pero que investigue antes de emitir alguna opinión”.