Para Roberto Gil Zuarth, “el PAN es un partido lleno de grillas y vacío de política”

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Esta es la primera ocasión en que se exhiben públicamente los sentimientos de “nuestros” representantes populares en el Senado, aunado a la “política de exterminio” que en un mensaje al panismo nacional dirigió el propio Ernesto Cordero, donde explica lo ocurrido durante la elección de la Mesa y, sobre todo, del riesgo que para el país y el propio PAN representa Ricardo Anaya, contenido que aún se encuentra en las redes sociales y páginas de los principales medios a pesar de los intentos por confundir a la opinión pública.
Al margen de lo anterior, la prensa escrita dio a conocer que Jorge Luis Preciado, subió a tribuna para echar en cara “la traición al partido” de Cordero y otros cuatro panistas, y les dijo: “pudo más la cartera que la camiseta”, y amenazó con impedirle al elegido participar en las asambleas y reuniones internas del PAN, “y de eso yo me encargo”, amenazó enfurecido desde la tribuna.
Fernando Herrera regresó después de la elección de Cordero al salón de plenos y a gritos también reclamó desde su escaño que fue “una puñalada”, y acusó al Gobierno de “haber metido la mano”, acusando a Cordero de servir a los intereses del PRI y del Gobierno, cuando habría demostrado en su anterior desempeño, todo lo contrario y sí contó con el respaldo de las principales corrientes políticas que ya había consensado.
Octavio Pedroza quedó en la vicepresidencia del Senado, por lo que aumentó la cólera de Preciado porque se habría dicho que él ocuparía ese puesto, pero al final le achacaron “escasa moral” a partir de los escándalos con alcohol y mujeres, evidencias que aún se mantienen en las redes sociales.
“El PAN está en su derecho de proponer, le estamos cediendo la mesa. La mesa corresponde, como les digo, al PRI, no nos hemos agandallado, estamos haciendo nuestro mejor esfuerzo para llegar a acuerdos”, dijo previamente el coordinador priísta Emilio Gamboa Patrón, tras de lamentar “los fuertes conflictos de mis compañeros del PAN”.
Marcela Torres Peimbert amenazó con ir a los tribunales por haber vetado a los panistas. “Son el PRIAN”, acusó Raúl García, pero le reviraron diciéndole “no se trata de sacar agendas personales, se trata de hacer siquiera algo por el bien común”.
Ante este escenario, Gil Zuarth advierte que esta división al interior del PAN no traerá buenos resultados en la elección del 2018: mientras que el PAN busca aliarse con el PRD, el PRI hizo una asamblea nacional para impulsar como presidenciables a José Antonio Meade y Aurelio Nuño, dejando vigente en la lista a José Narro, para atraer al electorado del PAN que le teme a Andrés Manuel López Obrador.
Una alianza con el PRD dejaría de lado a los panistas tradicionales, y perdería al menos el 30 por ciento de su votación, “a no ser que más”, si entran las posturas de defensa de las vida y no al matrimonio igualitario, que ha sido por muchos años el principal atractivo de este partido.
“El PRI decidió dos cosas en su asamblea: ir por el PAN y conservar lo suyo. El PRI va por el PAN no solamente para robarle el electorado que quiere la modernización del país, sino que le quiere quitar las banderas con perfiles que se parecen más al PAN que los perfiles tradicionales del PRI”, mientras que en su partido “nuestra apuesta es aventarnos a tratar de cachar a una parte del electorado de izquierda a costa de abandonar uno que puede ser mucho más sensible a las causas históricas del PAN. Esa apuesta corre el riesgo de que, por cachar votos de izquierda, se deje descubierto el electorado tradicional y el PRI, echado hacia el PAN, nos la quite”.
El riesgo mayor en el PAN no es sólo que llegue a desangrarse, “es que no lleguen los electores”, y las amenazas hacia Cordero y otros legisladores acusados de “traidores”, ya se empieza a revertir al echar por tierra esa afirmación los senadores del PRI encabezados por Gamboa y de los otros partidos políticos que previamente habían expresado su respaldo a Cordero, al igual que la mayoría de los panistas que bajo amenazas de Anaya se echaron para atrás, con esas excepciones.
“Si no estás con Anaya eres un traidor”, se les mandó decir a los Senadores del blanquiazul, por lo que Cordero no dudó en calificar a su propio partido como “represor”, y lamentó los “golpes bajos” del senador aguascalentense Fernando Herrera, a quien acusó de mentir “un día sí y otro también” al ocultar sus verdaderas pretensiones y hasta su verdadero origen.
La apuesta del PRI está bien clara: representar el futuro ante el pasado que es Andrés Manuel”.
Cordero dejó sobre la mesa revisar su congruencia y lealtad panista, pero negó seguirle el juego a Ricardo Anaya “y su camarilla” acostumbrados al “cochupo” y a la “impunidad”, asegurando en todo momento que dicho cargo que retoma, “no es una posición de partido”, y enfatizó que en el caso del fiscal fue el propio Anaya el que le allanó el camino, y reto a deslindar responsabilidades a quienes tengan duda de ello. “Yo tengo la conciencia tranquila, no creo que suceda con otros”, sostuvo al asegurar que en todo momento Herrera le negó toda posibilidad de dialogar y que mucho menos le asiste la razón a él y a Preciado de echarlo del partido porque los estatutos son bien claros.
De lo que se trata es la elección del 2018, no tanto por el tema del fiscal, porque son muchos los negocios que en perjuicio de los mexicanos se hacen desde el CEN del PAN y Senado de la República, reveló Cordero al reiterar que sus detractores de su mismo partido no tienen las manos limpias ni la conciencia tranquilo, y con ello cagarán el resto de sus vidas.
De Ricardo Anaya, quien “se adueñó del partido”, son los propios medios de comunicación los que se han encargado en evidenciar su trayectoria, no de ahora, sino de tiempo atrás, con Ricardo Alamán, El Universal, Proceso y muchos otros medios que dan cuenta de sus cuotas, cuates y “moches”, sobre todo en obras públicas que han lastimado hasta a los ayuntamientos más pobres, empezando con los del estado de Aguascalientes y del resto del territorio nacional.