Urgente frenar la descomposición social en Aguascalientes

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La administración de Martín Orozco Sandoval en conjunto con el gobierno municipal de Teresa Jiménez Esquivel, tendrá que tomar medidas urgentes y eficaces para frenar la creciente descomposición social que hay en Aguascalientes, debido al alto número de adicciones que se disparó con Carlos Lozano de la Torre y Juan Antonio Martín del Campo, tanto en alcoholismo como en los diferentes tipos de droga.
Durante el desarrollo del Congreso Regional de “AA” Norte-Oriente edición número 42 celebrado en la ciudad capital, participantes alertaron que el 30% de los adolescentes son alcohólicos; que menores de ocho años consumen bebidas embriagantes y que jovencitos de 14, ya presentan severos problemas de alcoholismo.
Ahora casi la mitad del total, son mujeres en cuyo apartado se incluye a estudiantes de secundaria, preparatoria y amas de casa, donde empleados de diferentes dependencias oficiales no escapan, como tampoco de empresas particularmente de la pequeña y mediana industria, que igualmente resienten sensibles bajas en su productividad.
Se eligió Aguascalientes porque ocupa los primeros lugares en alcoholismo per cápita, en suicidios y consumo de drogas, como también en madres solteras y adolescentes embarazadas, abortos y robos que están ligados entre sí, “donde todo se vale”.
Según la Encuesta Nacional de Consumo de Drogas, Alcohol y Tabaco 2016 y 2017, el 26.3 por ciento de la población local consume alcohol, pero otras fuentes citan que ocupa la primera posición en ese renglón. A nivel nacional, se da la cifra de 116 mil y más de 2 mil aquí, pero en “AA” se estima que 4 de cada 10 personas de diferentes edades ingieren alcohol o consumen algún tipo de droga.
Participantes de San Luis Potosí, Zacatecas, Coahuila, Durango, Nuevo León y Tamaulipas plantearon que “el alcoholismo es una enfermedad familiar, es una enfermedad de la sociedad; no solamente el que bebe o se droga es el que está enfermo, sino toda la familia”, y esto requiere acciones acordes a la problemática, porque un alto porcentaje de adolescentes y jóvenes está “en serio peligro”, y otro más necesitan tratamientos profesionales, dándole la importancia debida a las causas sociales, y sobre todo a la que teólogos llaman “causa espiritual” donde se revela quién odia la obra de Dios y provoca esos y todos los males que afectan a las personas con la ayuda de “los enviados de Satanás y sus seguidores del Gobierno”.
Los 240 grupos de Alcohólicos Anónimos (AA), repartidos en los 11 municipios del estado, con 50 brigadas de apoyo, no se dan abasto ante este alarmante crecimiento de las adicciones, mientras que las cárceles se encuentran sobrepobladas, -igual que los Centros de Integración Juvenil-, con erogaciones millonarias desde el sector salud que parcialmente atiende la problemática, en perjuicio de todos los contribuyentes, particularmente.
Tan sólo el DIF municipal atiende mensualmente mil 300 menores por maltrato familiar, muchas veces asociado a algún tipo de adicción o depresión.
En “alerta rojo” se encuentran los centro de rehabilitación, llamados también “anexos”, que además del hacinamiento, no tienen las herramientas necesarias para salvar de las adicciones a tantos adolescentes y jóvenes que a diario son llevados como medidas extremas de auxilio ante el clamor de sus familiares que al no tienen ninguna otra alternativa viable, más allá de los programas oficiales “del amor” y propagandas en espectaculares y otros medios, prefieren correr riesgos que ver que sus hijos e hijas acabar paulatinamente con sus vidas y, lo peor, junto con ellos.
Se invitó a la alcaldesa Teresa Jiménez y al Primer Mandatario Martín Orozco Sandoval para que conozcan “la otra cara de Aguascalientes” y tomen las medidas que se requieren, pues de esos lugares ya se han lanzado voces de alerta en al menos dos ocasiones, sin respuestas hasta ahora, a excepción de las amenazas de clausura de funcionarios del propio sector salud que no han tenido la capacidad de poner en marcha acciones eficaces para combatir ese flagelo social.
En este sentido se exhibió que fue el gobierno municipal de Juan Antonio Martín del Campo el primero en oponerse a tomar acciones reales de prevención, y por el contrario incentivó en gran medida la apertura de antros y lugares de distribución de drogas, apoyando eventos populares masivos donde el consumo de sustancias fue indiscriminados, además de conceder permisos para la apertura de este tipo de establecimientos tanto en el centro como en la periferia de la ciudad, y el resultado está a la vista, con decenas de hogares destruidos.
Se planteó que la duración de la feria “de San Marcos” no debería ser mayor a las dos semanas, con verdaderas limitaciones de alcohol sólo para adultos y en lugares específicos, pues más allá del beneficio económico temporal, los daños son irreversibles y permanentes para los aguascalentenses “que es en quien se debe pensar primero y no sólo en el beneficio económico para unos cuantos”.
“Mas que satisfacción para la gente del Patronato y las autoridades, les debería de dar vergüenza por tantas familias que por ese evento son cada año destrozadas”, se expuso en una de las mesas de conclusiones.
El tema central fue “Una luz de Esperanza”, y se pidió especialmente al Gobernador “que no la apague” y por el contrario apoye lo que sus gobernados necesitan y a quienes se debe, y el primer paso sería atender ese llamado urgente para visitar sin previo aviso los “anexos” con luz roja, y en lugar de que el sector salud amenace con clausura, valorar los buenos resultados y aprovechar la experiencia que ya tienen para sumar esfuerzos, toda vez que los responsables de los mismos lo hacen de forma altruista “sólo por servir”, pues ciertamente no reciben sueldo alguno u otro tipo de ingresos, salvo las mínimas aportaciones que a veces hacen sus familiares para que tengan algo para comer.