Por: José I. VELA PEREZ
Es para llorar el espectáculo mediocre y ruinoso que ofrecemos los cristianos al mundo después de 2000 años que vino Dios al mundo, al no ser capaces de defender la vida, el matrimonio natural y los hijos que son presa fácil de la ideología de género y grupos externos que desean acabar con la familia, único baluarte en México capaz de mantener la armonía, el progreso y la paz social.
Fueron éstos algunos de los señalamientos que expuso aquí Juan Dabdoub Giacoman, quien también puntualizó: el futuro de los hijos estará determinado en gran parte por la sociedad en la que viven.
Durante su estancia en Aguascalientes, el Coordinador del Comité Nacional por los Derechos Humanos en favor de la Vida y la Familia, investigador y editorialista de diversos medios, pero sobre todo padre de cuatro hijos, reconoció que no esperaba “el cambio tan violento” del presidente Enrique Peña Nieto con sus nefastas reformas, con las que se quieren “meter a la recámara” de las familias, arrancándoles a los papás sus derechos de decidir sobre la libertad, responsabilidad y educación de los hijos.
Pero no menos importante fue lo expuesto por otro personaje de renombre nacional, el académico Juan López Padilla que expone que la sociedad mexicana tiene la obligación de informarse debidamente y conocer los verdaderos alcances de las reformas.
Este catedrático habría dicho que antes de emitir alguna opinión y descalificar tal o cual pronunciamiento, primero se debería pensar lo que se dice porque de lo contrario, se confundiría más a la opinión pública.
Coincide con el consejero electoral del INE Benito Nacif Hernández, quien expone: en ocasiones la laicidad se utiliza como excusa para silenciar voces críticas, que surgen dentro de movimientos religiosos y que tienen una importancia fundamental en el debate de asuntos públicos; la autoridad electoral no debería sancionar. Es necesario revisar el modelo de laicidad para darle importancia a las asociaciones civiles que es donde se forman los ciudadanos”.
Es común que se utilice al “Estado Laico” para arremeter en contra de quienes defienden los valores universales.
Bien lo advirtió Ricardo González Sada en su calidad de presidente de Coparmex, en abril del 2007, cuando hizo un vehemente llamado a los empresarios de Aguascalientes -y del país- para participar “antes de que sea demasiado tarde”, tras advertir entonces que de no actuar a la brevedad, ocurriría lo que en Monterrey a donde “llegamos tarde”, y las consecuencias ya no se detienen. De entonces a la fecha hubo un silencio cómplice que lastimo a toda la sociedad y los resultados están a la vista.
“Háganlo por el bien de sus hijos”, dijo en su elocuente mensaje durante la ceremonia de toma de protesta del Consejo Directivo del entonces Centro Empresarial de Aguascalientes, S.P. para el periodo 2007-2008 que encabezó el Lic. César González, con la presencia del ahora gobernador electo Martín Orozco Sandoval. Pero fue Dabdoub Giacoman, exitoso empresario y defensor de la vida, quien vino a recordarnos las palabras del Papa Francisco, de que no caigamos en la anestesia social, que si entonces los discípulos de Cristo ofrecieron su vida, al menos nosotros demos la cara.
Para nosotros, resulta criminal que tantos adinerados hombres de negocios que acumulan fortunas millonarias no muevan si quiera un dedo por la defensa de la vida y peor aún permitan que gobierno y medios de comunicación atenten contra la estabilidad del país.
Porque el mundo no está amenazado por las malas personas, sino por aquéllos que permiten la maldad, como diría Albert Einstein y retomaría Juan López Padilla y nos recordaría ahora Juan Dabdoub Giacoman ejemplo a seguir por muchos de nosotros.
Publicado en El Sol del Centro