Por: José I. VELA PEREZ
El éxito en la vida depende de la relación que establezcamos con Cristo y qué nivel de control vamos a dejar que Él tenga en nuestra vida.
Esto se desprende del curso-taller que acaba de impartir Gilberto Romo Breceda en el aula magna del Seminario Diocesano que llevó el título “Jesús el Gran Líder” que organizó el Consejo de Laicos de la Diócesis de Aguascalientes, con una gran asistencia.
Es más, agregamos nosotros, debemos practicar a diario el Salmo 39, que dice: “Aquí estoy Señor, para hacer tu voluntad”, cada vez con mayor fuerza y sincera humildad, con las palabras claves:
orar, amar y servir.
El liderazgo en la comunidad requiere que el amor se exprese mediante la verdad y elvalor con buena voluntad y tolerancia, sin apartarse de la moral y la ética, dijo el expositor.
Llamó la atención cuando dijo que la palabra “congruencia” es lo que atraerá las preferencias electorales de quienes ahora buscan ocupar algún cargo público.
Y es que, se expuso, el poder es la capacidad de forzar o coaccionar a alguien, para que éste, aunque prefiera hacer otra cosa, haga lo que le ordenan ante la posición o fuerza que tenga el otro. El poder, ciertamente, obliga e impone, la autoridad invita.
No menos importante es la apreciación de monseñor Ricardo Cuéllar Romo quien
señala: “…el individualismo vanidoso y egocéntrico, que lleva a una persona a querer sobreponerse sobre los demás, es la fuente de la mayor parte de los conflictos…”.
Y asienta: “…en la vida cristiana sí hay carrera, y ambiciones de liderazgo y primeros lugares, pero sólo por la ruta y en el ejercicio del crucificado”.
Pero no menos importante fue el sentir de los participantes, algunos de los cuales destacaron el ejemplar trabajo que realizan los laicos, como también los responsables de otras instituciones que buscan contribuir con su granito de arena a construir un futuro mejor.
Se trabaja mucho, se invierte lo que se tiene, pero “alrededor nuestro hay factores y
actores que nos echan a perder lo que hacemos”.
Bien lo señalaba el Papa Francisco al comentar la parábola del rico Epulón: no se dice
de él que era una persona mala; es más, quizás era un hombre religioso, a modo suyo, pero
convenenciero y oportunista.
La mundanidad anestesia el alma. Y por esta razón, sólo veía dentro de su propia vida y no se daba cuenta de la necesidad de otros, como la del pobre Lázaro. Este hombre mundano no era capaz de ver la realidad. “…Tal vez el auto con el que salía tenía los vidrios oscurecidos para no ver afuera…tal vez, no lo sé. Pero seguramente sí, su alma; los ojos de su alma, estaban oscurecidos”, señaló el Papa.
Expuso que el dinero se convierte en estiércol del demonio cuando se empieza a utilizar para fines insanos, de todo tipo; y pareciera que Aguascalientes se distingue por eso, por usar el poder y el dinero para beneficio propio, para dividir y enfrentar a la sociedad generando desánimo y confusión, a tal grado que muchos ya abandonaron su lucha y otros están a punto de hacer lo mismo, al ver a las autoridades que alientan a los jóvenes a promover el alcoholismo, la drogadicción y el desenfreno sexual con todas sus consecuencias, y un ejemplo de ello es la apertura de antros por todas partes; ello sin ahondar en otros temas de la vida diaria y el dominio público.
La sociedad tiene anestesiada el alma, y eso se lo debemos a nuestros gobernantes que promueven el libertinaje con recursos públicos; peor aún, el desinterés y a veces la burla cuando se emite alguna opinión al respecto, y ejemplo de ello son las burlas y descalificaciones a nuestro
Obispo Diocesano, don José María de la Torre Martín.
Soluciones las hay, comencemos con recitar el Salmo 39, con las tres palabras arriba citadas. La oración lo puede todo.
Publicado en El Sol del Centro